Friday, April 16, 2010

Etanol de Celulosa, Árboles GM contaminacion de los bosques naturales


Ante la creciente preocupación que suscita la competencia entre la alimentación y el
combustible generada por la producción de agrocombustibles, la industria del etanol de
celulosa está promoviendo con fuerza, como solución de este conflicto, el combustible que
fabrica.
Sin embargo, resulta ser falso el argumento según el cual el uso de materias primas “de
segunda generación” resolverá el problema. En países como Chile, las plantaciones
industriales de árboles ya compiten por la tierra con los cultivos agrícolas. En el distrito chileno
de Lumaco, las plantaciones de pino y eucalipto están invadiendo tierras que las comunidades
Mapuches utilizan para la agricultura. En esta región, las plantaciones que ocupaban el 14%
de las tierras pasaron a ocupar el 52% entre 1988 y 2002. A nivel nacional, dos únicas
compañías controlan más de dos millones de hectáreas de plantaciones de pinos eucaliptos.
Esta conversión está obligando a los pobladores a abandonar la tierra y aumentando el índice
de pobreza en la región: en el distrito de Lumaco, el 60% de la población vive en condiciones
de pobreza, y un tercio en la indigencia. El gobierno de Chile ofrece incentivos para que los
agricultores dejen de plantar víveres y planten en cambio árboles. Lucio Cuenca B.,
coordinador nacional del Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales de Santiago
de Chile, explica:
“La respuesta del Estado consistió en ofrecer condiciones legales y sociales favorables para
que les compañías forestales alcanzaran sus metas de producción y continuaran
expandiéndose. Por un lado, se reprime y criminaliza [la oposición mapuche]; por el otro... los
subsidios que antes eran para las grandes compañías forestales se dan ahora a los pequeños
agricultores y terratenientes indígenas, [lo cual] los obliga a dedicarse a las actividades
forestales. Así, la estrategia de la expansión se vuelve más compleja, al operar por medio de
un chantaje económico y político que no deja ninguna alternativa.”257
El aumento de los incentivos económicos a la plantación de árboles, que resulta del fuerte
aumento de la demanda de madera provocado por el uso de árboles para la fabricación de
etanol de celulosa, no hará sino empeorar los conflictos entre las poblaciones que necesitan la
tierra para plantar alimentos, y las empresas que la quieren para plantar árboles.
Otra consecuencia del creciente auge del etanol de celulosa como tecnología de segunda
generación es la promoción de árboles genéticamente modificados para acelerar su
crecimiento y facilitar su procesamiento. Estos árboles son presentados como futura materia
prima del etanol de celulosa. Además, la investigación genética se está orientando hacia la
palma aceitera y la jatrofa, a fin de lograr que produzcan aceite en mayor cantidad y de mejor
calidad para la fabricación de biodiésel.
Se está proponiendo realizar, en tierras agrícolas “no utilizadas”, plantaciones de álamos GM
de poca lignina para fabricar etanol. Una declaración de la universidad estadounidense de
Purdue enumera las ventajas posibles: “Los investigadores piensan que el álamo híbrido, en su forma actual, podría producir unos... 700 galones de etanol [por acre y por año]. Modificando
la composición de la lignina, el rendimiento podría llegar a ser de 1.000 galones por acre,
según los expertos. Plantando con ellos 110 millones de acres de tierras agrícolas no
utilizadas, se podría reemplazar el 80 por ciento de los combustibles fósiles que consume cada
año el transporte en los Estados Unidos”.258 Además de exagerar considerablemente las
ventajas potenciales de los árboles de poca lignina, esta declaración pretende hacernos creer
que es preferible dedicar la tierra “no utilizada” sirve más para alimentar los vehículos
estadounidenses que para alimentar a la gente o como hábitat para la fauna. Por otra parte,
ignora el tremendo impacto que esto tiene sobre el agua.
Los árboles GM y la contaminación de los bosques naturales
Además del peligro para la alimentación, está el peligro para los bosques. Richard Meilan, de
la universidad de Purdue, señala que “el género Populus incluye unas 30 especies que crecen
en una gran variedad de zonas climáticas, desde las subtropicales de Florida hasta las
subalpinas de Alaska, norte del Canadá y Europa”.259 Si bien su intención es mostrar la
flexibilidad del álamo como cultivo energético, al señalar esto está alertando sobre la
contaminación genética que podría causar la comercialización de un árbol GM con tantos
parientes en todo el mundo. Según The Economist, países como Suecia también están
considerando la posibilidad de utilizar álamos GM para fabricar etanol celulósico.260 Incluso el
uso de especies no nativas, como el eucalipto GM en el sudeste de EE.UU., resulta muy
preocupante por los efectos que podría tener sobre los bosques nativos un escape de material
genético.
Lo que sabemos del potencial de contaminación de las futuras plantaciones de árboles GM está
basado principalmente en casos de contaminación provocados por cultivos alimenticios GM y
en experimentos de plantación de pastos genéticamente modificados.261 Aun que aún no hay
un estudio completo y exhaustivo de la contaminación de cultivos por variedades GM, varios
incidentes bien documentados han alertado al mundo sobre la gravedad del problema.
Por otra parte, otros dos incidentes de contaminación transgénica de parientes silvestres han
sido estudiados con cierta profundidad: la transmisión de un gen de tolerancia a los herbicidas
proveniente de la colza a híbridos de nabo silvestre, en Canadá, y la detección de pastos
resistentes a los herbicidas a 21 quilómetros de un sitio de pruebas en el estado de Oregón,
en EE.UU.
También ha habido dos tentativas de sistematizar el potencial de contaminación de los cultivos
GM. Desde 2005, Greenpeace, en colaboración con la organización británica GeneWatch,
mantiene una base de datos en línea de incidentes de contaminación por OGM, llamada “GM
Contamination Register”.262 En su informe 2006 figuran 142 incidentes públicamente
documentados en 43 países, desde la introducción de cultivos comerciales GM en 1996. Estos
incluyen casos de contaminación de alimentos, semillas, alimento para animales y familiares
silvestres de cultivos agrícolas, así como casos de comercialización ilegal de variedades GM no
autorizadas y efectos colaterales negativos sobre la agricultura.263 También en 2006, el Center
for Food Safety de EE.UU. publicó un informe sobre la contaminación potencial proveniente de
ensayos de campo de nuevas variedades GM experimentales, donde se analiza la frecuencia
de la contaminación de especies silvestres con los OGM de campos de prueba del país.

http://www.globalforestcoalition.org/img/userpics/File/Spanish/Elverdadocostodelosagrocombustibles.pdf

http://www.ecoportal.net

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